"El mundo se podría venir abajo en este momento y no me importaría. Han pasado menos de 48 horas desde que ví el concierto más iluminador de mi corta vida: fui feliz, bailé como nunca, me enamoré cien veces, grité sin quedar afónico y aluciné sin consumir droga alguna. ¿Se puede pedir algo más en una noche?"
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