Contra el universo

Pasa que cuando tienes 26 años te aburres de que el universo gane tantas veces. Que te pase a llevar y se ría de ti en la cara, como ese día en que todas las niñas que te gustaban se pusieron a pololear. O esa semana donde decidiste que harías lo imposible por estar con alguien y te avisaron que, por ningún motivo lo hicieras. Que ibas a perder como en la guerra. Que ibas a estar tirando la basura fuera del tiesto. Y tenían razón.

Pasa que, a los 26, te aburres, te frustras y quedas como tonto por intentar conservar un espíritu, por tratar de hacer las cosas bien sin dañar mucho a nadie, por intentar cambiar los viejos clichés que te conforman (como todas las cosas que escribo: algo casi imposible de cambiar). Pasa, que te encantaría dejar de ser tan inocente, que desearías que todos esos guiones que te armas en la cabeza fueran más reales y no tan idealizados. Más entropía emocional.

Pasa que el universo te estaba haciendo otra de esas esta semana. Pero le ganaste una. Como el primer gol de Messi hoy contra el Arsenal: pensabas que era imposible, pero lo conseguiste.