Te pareces un poco a satán.


Como si no hubiera sido suficiente. A fin de cuentas, el infierno no es tanto castigo. Y la gente termina pareciéndose demasiado a Satán. Cuesta acostumbrarse a que algunas cosas permanecen inamovibles, a que las oportunidades se pierden una y otra vez y que, en definitiva, la gente no aprende de sus errores. Si, es cierto, hay gente que simplemente lo ha hecho fatal. Por suerte, soy difícil de matar.


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